Mi mamá conocía en el trabajo a un tipo que vendía películas piratas copiadas de sus DVD's originales, y como vendía 300 a 100 pesos, ella le encargó varias series y películas. Pidió algunos clásicos y otras que ni ella había visto, pero que le daban curiosidad, en la lista de sus clásicos estaba Amadeus.

La vimos en la tarde y me pasó, como con muchas otras cosas, que al principio me generó rechazo y después de reflexionar descubrí que en realidad me encantó y la terminé viendo como diez veces más. Me interesé por el personaje de Mozart y después de romper con la parte ficticia de Peter Shaffer, me metí en el mundo de las biografías. Así fue cómo Mozart terminó transformándose en mi persona favorita, no por su magnífica obra musical, sino por el tipo de persona que fue, por la lucha que tuvo contra una sociedad establecida y el arte sometido a la necesidad de un protector y reducido a veces a calidad de sirvientes. Leí todo lo que pude de él y lloré internamente cuando supe que los volúmenes de Correspondencia no se conseguían en mi país (Salzburgo, un día te los compraré).

Cuando descubrí que Amadeus era la adaptación cinematográfica de una obra de teatro con el mismo nombre, soñaba con hacer una improvisación con mis amigos o que se interpretara acá algún día. Como no tenía mucha noción de su popularidad en el mundo del teatro, pensé que lo último no se iba a dar. Hasta que el mes pasado escuché en la radio, no que se estrenaba Amadeus, sino que volvía; o sea que ya estuvo antes (en el '83).

Molesté y mariconeé a medio mundo para que me llevara y al final mi mamá cedió y compró entradas para ella, mi hermana y yo. Fuimos esta noche y volví hace un par de horas.

Fue la primera vez que iba al teatro y tengo que decir que fue la experiencia mas exquisita y sublime que tengo la suerte de haber vivido. La calidad de la obra, su trama, sus actores, todo. Me dolieron los brazos de tanto aplaudir y todavía lo seguiría haciendo, porque fue perfecto.

En el folleto que nos dieron, decía que Oscar Martinez fue Amadeus en el '83 y ahora volvió en el papel de Salieri. Yo le tenía todas las fichas puestas y en su interpretación de Salieri en sus días de anciano, lloran por la frustración mientras se confesaba, casi me arranca las lágrimas.

El Mozart de Federico Gonzáles Del Pino estaba para comérselo~ escatológico, hábíl saltando de un lado a otro, arrastrándose cuando enferma y llorando por el fantasma de su padre. Nos hizo reír bastante y tenía ganas de subir al escenario y abrazarlo.
A Constansce le aplaudieron notoriamente y se lo merecía, porque supo destacar aunque no tenía protagónicos. En realidad, hubo mucho equilibrio entre la calidad de los actores y sus papeles, ya que ninguno opacó a otro. Las escenas donde estaban reunidos los miembros de la corte del emperador eran muy divertidas, y los dos muchachos le traían las noticias a Salieri completando uno el diálogo del otro fueron un gran recurso como narrador.

Redondeando, valió la pena cada centavo gastado y espero que en su próxima temporada pueda ir de nuevo~