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Bienvenidos a esta parte del bosque donde se puede escuchar al hongo hablar.
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La chica que escuchó hablar al hongo
Monstruo | 25 | Argentina | estudiante
Uso mi memoria para datos inútiles y trato de hacer espacio para lo que van a tomar en los exámenes. Amo leer e intento escribir. Antes dibujaba mucho. Vivo lejos, pero enamorada de las montañas y de
un conejo. Cada tanto me gusta ver videos de osos y de shibas. No me hablen nunca de abejas.
También estoy en
Cosas que sí ♥: escribir, leer, dormir en invierno, latín, escuchar música en viajes largos, stop-motion, geishas, mitología, cartoons, compras
Cosas que no ✘: ship hate, la cyber-policía moral, abejas, maltrato animal, colonización cultural


Te voy a guardar en un caleidoscopio ~
- 12/7 -
( x x )
❤
Las vírgenes suicidas y cómo nos volvemos un adolescente obsesionado
28 de abril de 2014 | 20:11 |
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A veces es raro el cómo un libro llega a nosotros o que encadenamiento de ideas nos llevan a la resolución de comprarlo. Hace un mes, más o menos, estaba buscando un par de cosas en MercadoLibre y recordé que había estado buscando Las vírgenes suicidas en calle Corrientes y no lo conseguí, así que lo busqué en la página y ¡oh!: lo encontré a buen precio y en buen estado.
Jeffrey Eugenides, a través de su narrador sin nombre —sólo da a entender que es un chico más del barrio donde se da la historia— nos sumerge en una historia cuyo golpe final está anunciado en la primera páginas: las cinco hijas del matrimonio Lisbon se suicidaron sin razón conocida.
La forma del relato es un híbrido entre testimonio e informe sobre la obsesión del narrador y otros chicos del barrio con las cinco hermanas Lisbon, hermosas jóvenes que viven en un hogar dominado por una madre fervientemente religiosa y un padre que se deja doblegar por ella. El aura de pureza que ella intenta mantener sobre sus hijas despierta en los chicos una pasión tan grande que uno de ellos incluso llega a considerar el tampón usado por una de las chicas como una obra de arte.
Personalmente, la perspectiva de adolescente apasionadamente fascinado está muy bien manejada en la novela de Eugenides y consiguió atraparme en seguida, es un ángulo mucho más atrapante que el omnisciente. Sus descripciones acerca de la vida cotidiana de los suburbios, las personas, las situaciones, es muy rica —mención especial al momento en el que Trip y Lux se encuentran en el auto— aunque sentí algunos altibajos en la parte final.
El desencadenante de los hechos y la historia es el primer suicidio, de la hermana menor de la familia, y el impacto que causa en lo un barrio donde todos se conocen, lo que le da una pincelada casi de crónica. Las hermanas Lisbon se transforman en un misterio para todos y también lo serán para el lector si consigue sumergirse en la historia, en el «informe» presentado por el narrador que siendo un adulto en el presente, todavía confiesa el profundo y secreto amor que él y sus amigos guardan por las chicas.
La delicadeza y la claridad de la novela hacen que el lector pueda avanzar, casi como si volara a través de la línea de tiempo que se traza, ya que todo es una retrospectiva hasta el día de las muertes. La variedad de personajes y las relaciones que llegan a establecer con las hermanas son el vínculo del que nos valemos para comprenderlas, yo me llegué a preguntar si iba a poder saber más que ellos desde mi posición como lectora.
Uno finalmente quiere saber —lo necesita— cuál es el detonante de la tragedia y en definitiva es… no lo voy a decir~ porque en verdad Las vírgenes suicidas es una novela que merece el tiempo y la atención del lector que tenga la suerte de tenerla en sus manos. Una pausa del tiempo presente en el que vivimos para transportarnos a un vecindario tranquilo de posguerra, donde un grupo de adolescentes experimentan un fuerte amor y su primer acercamiento con la muerte.
Etiquetas: el verbo leer