Welcome
Bienvenidos a esta parte del bosque donde se puede escuchar al hongo hablar.
To navigate:
✎: entradas
☁: perfil
☂: tagboard
❅: afiliados y archivos
☼: créditos
Para ver entradas anteriores, después de "anterior" volver a clikear en el lápiz :)
La chica que escuchó hablar al hongo
Monstruo | 25 | Argentina | estudiante
Uso mi memoria para datos inútiles y trato de hacer espacio para lo que van a tomar en los exámenes. Amo leer e intento escribir. Antes dibujaba mucho. Vivo lejos, pero enamorada de las montañas y de
un conejo. Cada tanto me gusta ver videos de osos y de shibas. No me hablen nunca de abejas.
También estoy en
Cosas que sí ♥: escribir, leer, dormir en invierno, latín, escuchar música en viajes largos, stop-motion, geishas, mitología, cartoons, compras
Cosas que no ✘: ship hate, la cyber-policía moral, abejas, maltrato animal, colonización cultural


Te voy a guardar en un caleidoscopio ~
- 12/7 -
( x x )
❤
4 de agosto de 2014 | 22:48 |
2 ✉
"Los quise mucho a todos, ¿saben?
Los quise muchísimo."
En mi fiebre por Stephen King (y si piensan "otra vez con este", están acertados) decidí comprar It, traducida como Eso, pero esta vez no estoy conforme con ese título así que me quedo con el original. Tengo, necesito, decir que valió cada centavo gastado y gracias a Dios lo conseguí usado, a precio accesible y en perfecto estado.
En la pequeña ciudad de Derry, cada veinticinco o veintisiete años, se producen varios asesinatos de niños y en 1958, con el ciclo de nuevo en marcha, un grupo de amigos autodenominados Los Perdedores, ponen en común sus experiencias sobrenaturales. Los siete estuvieron a punto de ser atrapados por un monstruo al que llaman It. El hermano menor de Bill, el líder del grupo, también fue asesinado por el monstruo y por eso se siente en la obligación de cobrar venganza; sus amigos, pensando en él y en todas las demás victimas, deciden acompañarle. Y no sólo una vez, sino dos, pero la segunda será en 1985, cuando creían todo olvidado.
Si me preguntaran de qué trata It, tendría que decir muchas cosas, porque en las voces de estos siete protagonistas, Stephen King pone sobre la mesa varias cartas como el racismo, la violencia en la familia y de pareja, el duelo por la muerte de los hijos, la sobreprotección materna, la crueldad que hay en algunos niños, pero sobre todo la amistad.
It es una historia del comienzo de una amistad que a lo largo de sus páginas se vuelve cada vez más hermosa y más fuerte. Los vínculos de amor y lealtad hacen que uno le tome gran aprecio a Los Perdedores y quiera desesperadamente que salgan ilesos y victoriosos en su enfrentamiento con el temible It. La construcción de los chicos es detallada y cada uno tiene una esencia individual que se impone en el relato, Stephen King hace malabares con ellos narrando desde sus perspectivas y dándonos a conocer sus temores y sus lapsus de valentía frente a problemas que los adultos no pueden ver ni resolver.
Los escenarios son ricos en todo momento, puede que a veces demasiado, lo cual contribuye a conseguir buenos picos de suspenso sin recurrir nunca al cliché. El autor nos obliga a usar todos los sentidos para poder recrear su visión en nuestras mentes y sentir el miedo de los niños como propio aun cuándo seamos mayores. Todas las piezas que componen la novela están unidas con cierta coherencia, aunque a mi parecer hay algún par de cosas que sobran.
Durante el encuentro de 1985 se plantean temas contrapuestos al de 1958, como las diferencias entre los niños que eran y los adultos que son, los cuales necesitan evocar a esos chicos, porque un vínculo formado a los once años tiene cierto poder, la infancia tiene un poder que se pierde a medida que pasan los años. ¿Y qué sienten Los Perdedores sobre eso?
Tengo un gran afecto por las buenas historias sobre la amistad e It fue un largo tobogán que disfruté esta semana y que ahora me dejó cierto vacío (que espero llenar con más lectura). Así que lo mejor que puedo hacer, es recomendárselos.
"—Nada es eterno —repitió Richie.
Miró a Bill y éste vio que las lágrimas arrastraban lentamente la mugre de sus mejillas.
—Salvo, quizá, el amor —apuntó Ben.
—Y el deseo —agregó Beverly.
—¿Y qué me decís de los amigos? —sugirió Bill, sonriendo—. ¿Que te parece, Bocazas?
—Bueno... —Richie, sonriendo, se frotó los ojos—, tendré que meditarlo, chaval. Vaya, vaya, tendré que meditarlo."
Etiquetas: el verbo leer