El hongo parlante

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Bienvenidos a esta parte del bosque donde se puede escuchar al hongo hablar.

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Viktor y el Chico del Baño

11 de octubre de 2015 | 21:21 | 3 ✉

Esta es la vida que elegí, y estamos casados, hasta que encuentre al chico del baño, claro, así que no puedo parar, no puedo dejar el pico o las copitas o juntar todos los culos de los vasos y ver qué sabor tienen..

El chico del baño es exclusivamente mío, como si sólo yo supiera su existencia y lo único que me falta es descubrir la manera de invocarlo para apropiármelo de una vez por todas.

Siento que si lo toco va a estar mal, que las picadas de esos bracitos se van a agigantar y desarmar, que su cabello va a caer, que sus ojos se van a perder dentro de su cráneo.

Todavía no tiene nombre todo este collage de fragmentos en el que estoy trabajando desde que terminé un cuento que se llama El cubículo de Plutón, pero le tengo una fe ciega. No digo que sea algo que me catapulte a la fama, pero se trata de un proyecto serio en el que estoy poniendo demasiado de mí, demasiado de lo que siento, de lo que vi, de lo que interpreto que sienten otros.

Viktor es el hijo menor de una familia rusa que se mudó a Buenos Aires a mediados de los años 80', es un paria a los ojos de su papá y debido a ciertos hechos traumáticos su vida se rige en torno al alcohol y las salidas nocturnas para tener un ambiente que justifique el beber constantemente. Una noche como cualquiera, conoce a un chico en el baño de un bar y entonces hay un quiebre, hay algo que le interesa y en la búsqueda constante de Viktor, se puede ver cómo va construyendo y deconstruyendo su propio ser.

Este personaje es una plantita que Dami hizo brotar y que me prestó (muchas gracias), yo elegí dónde transplantarla, cuándo y cómo regarla, su visión tenía esqueleto pero yo le di carne, ajusté sus nervios y lo adapté a mi propia visión. Construí su mundo y la relación con el Chico del Baño al igual que hilé su intensa búsqueda en una ciudad grande.

Espero poder terminar pronto los fragmentos que armo según el capricho de mi inspiración y empezar una edición decente para después acomodarlos y finalizar en lo que sería mi primer "libro". Estoy contenta con poder hacer referencia a lugares locales de la ciudad donde vivo, usar un vocabulario porteño y además hablar sobre cosas lejanas y cercanas a mí al mismo tiempo.

Lo único que me preocupa cada tanto es cómo van a recibirlo los demás lectores. Una madre siempre quiere que su hijo agrade.